miércoles, 9 de julio de 2008

El Periodismo Ciudadano NO es Periodismo


Como todo mechón entusiasta de Periodismo, me siento orgulloso de estar estudiando esta carrera.

Concuerdo fervientemente con Gabriel García Márquez, periodista y escritor colombiano, cuando afirma en un artículo sobre el nuevo Periodismo, que éste es "el mejor oficio del mundo".

El amor por la lectura, el placer que genera escribir, la satisfacción que un artículo terminado produce y la búsqueda incesante por reflejar la realidad con la mayor fidelidad posible, son características que no todos poseen.

Sin embargo, este último tiempo se ha originado un fenómeno social que, apoyado en las nuevas tecnologías, da la impresión de similitud con la profesión del reportero.

Pero realmente hasta el nombre me indigna. "Periodismo Ciudadano". Más que una denominación elegante, parece una burla a este noble trabajo.

Celulares con cámara fotográfica y grabadoras de audio y video proliferan entre la población y son las herramientas que ayudan a establecer esta moda. El afán de la ciudadanía por grabarlo todo, por dejar un registro en cualquier formato de algún accidente o suceso fuera de lo normal, es una realidad que ya no tiene vuelta. Pero de ahí a compararlo con el Periodimo... no lo creo.

En ése caso, cualquiera podría ser fotógrafo, documentalista o escritor.

El periodista trabaja con periodicidad (de ahí el nombre), en cambio, el ciudadano común y corriente, dotado de una cámara digital, actúa oportunamente, por instinto y solamente apretando un botón. La diferencia fundamental está en el tratamiento de la noticia, la experiencia del medio y la objetividad de la entrega.

Bloggeros Millonarios


El sábado 21 de junio del presente año, leí un artículo en el diario La Tercera que me dejó sorprendido. De sólo ver el título me entusiasmé y quise emprender una tarea de similar naturaleza. El encabezado era éste: "Blogs profesionales en Chile generan hasta $8.000.000 al mes en ganancias". ¿Tentador o no?

Se trata de verdaderas empresas que se dedican al posteo, y que sus creadores realmente se ganan el pan gracias a ello.

¿Que cómo lo hacen? Muy simple: uniendo trabajo en equipo y publicidad.

Las ganancias provienen de tres fuentes: Adsense, sistema de Google que remunera al blog que cuenta con cierta cantidad de visitas por poner links ahí. Text-Link-Ads.com, que cuenta con un mecanismo similar. Y, por último, la publicidad directa, es decir, empresas publicitarias que ofrecen sus banners o "vitrinas" para difundir sus productos.

Blogs como La Buena Vida (donde se critican restaurantes y bares), Zancada (sobre "cosas de minas" como dicen sus creadoras), o CHW (sobre gadgets y tecnología), son ejemplos de cómo un trabajo sistemático, profesional y original genera ingresos para nada despreciables.

Y aunque todo depende del púbilco interesado, de la calidad de la página y de la preocupación constante de sus trabajadores, el dinero recibido fluctúa entre $ 200 mil hasta $8 millones.

Nada mal.

Esto confirma que, en la actualidad, los blogs, más que una útil y entretenida herramienta de la web 2.0, se han transformado en un estilo de vida.


(El artículo de la Tercera lo pueden encontrar ingresando a la página web principal del diario, yendo luego a la sección Papel Digital, y después buscarlo en "ediciones anteriores", mes de Junio. El artículo se incluye dentro de la sección Tendencias, página 68)

martes, 8 de julio de 2008

"Generación Banda Ancha"


Mi hermana Carolina tiene 12 años y ya es poseedora de una cuenta de e-mail en Hotmail, una en Fotolog y otra en Facebook. Yo tengo 21 años y sólo desde los 17 que estoy inmerso en el mundo virtual de Internet. Con esta contraposición de realidades pretendo demostrar la brecha generacional que existe entre quienes conocieron Internet mientras eran adolescentes y los que nacieron con este medio y se criaron frente a un teclado. Son estos últimos a quienes llamo "Generación Banda Ancha".

La denominación la hago por el hecho de que ellos conocieron Internet como la herramienta rápida y eficaz qu es ahora; que vuelan más que navegan y que descargan como malos de la cabeza sólo porque la rapidez de la conexión se lo permite. Yo no fui uno de ellos porque conocí Internet mucho antes, cuando recién comenzaba a llegar al país de manera masiva, era terriblemente lenta y era femenina. Sí, le decían "la" Internet. Ahora es "el" Internet, o Internet a secas, sin género.

Yo, antes, buscaba las tareas en el suplemento Icarito de la Tercera. Ahora, mi hermana, las busca en Google o en Wikipedia.
Yo, en el pasado, dibujaba con tizas sobre una pequeña pizarra, o sobre hojas de oficio con muchos lápices de colores. Carolina, por estos días, dibuja en el Paint, o en cualquier página web que tenga algún programa para dibujar o colorear.
Yo, en los tiernos años de mi infancia, escribía los típicos trabajos de investigación cuidando mi letra y poniendo debajo de la hoja de oficio una hoja de cuaderno para que se traslucieran los renglones y así escribir derecho. Mi hermana siempre lo ha impreso todo.
Yo, años atrás, pedía para mi cumpleaños, santo o Navidad, los cassettes (primero) o Cds (posteriormente) para escuchar la música que veía en MTV o que escuchaba en la radio, y que me gustaba. Mi hermana Carolina baja sus canciones favoritas del Ares, y sólo accede al Cd cuando ya es mucho su fanatismo por el cantante o grupo musical.
Diferencias que no separan para nada nuestra relación fraterna, pero que sí marcan distancia a la hora de establecer qué generación se ha apoyado más en la tecnología, particularmente en Internet.

domingo, 6 de julio de 2008

Milagros Electrónicos


Divinidad mecánica.


Internet: la potencia del poder equitativo.


Fin de transmisión.